sábado, 4 de mayo de 2024

Las hijas de Juan

 


Estábamos comiendo, toda mi familia en Barcelona (mujer, hija y yerno) con música de fondo en el mp3 en modo aleatorio. Cosa que no hago nunca ya que son actividades poco compatibles pero la música estaba muy baja y no molestaba. Sonó una canción que Mamen cogió al aire y dijo que era una de las preferidas de su tío. No hacía mucho tiempo que la había escuchado yo por Rosalía y me dejó impresionado. En ese momento era o Antonio Molina o Angelillo, no lograba distinguirlos y estábamos hablando sobre el tema.

Otro día, me puse a indagar quiénes la habían cantado y cómo, y así  surgió esta entrada al blog. Quizá sea más conocida la versión de Antonio Molina para los de mi edad, pero quería saber más y vi que hay muy buenas versiones y difícil elegir una. La primera grabación que se conoce, más o menos inspiradora de La hija de Juan Simón, es de Manuel Escacena de 1927 y es de raíces mexicanas. La hija de Juan Simón fue una obra teatral estrenada en Madrid en 1930, a partir de la cual se han hecho dos películas musicales. Una en 1935 (dirigida por José Luis Sáenz de Heredia con Angelillo como primer actor y cantante). Ver en La copla. Y con la primera actuación de Carmen Amaya en cine y con Buñuel como productor. Y la otra, en 1957 con Antonio Molina. También es el título de la canción principal de estas obras. En la División Azul se hacía referencia a esta canción para designar a los grupos de limpieza en los cementerios.

Y me resulta curioso, pero siempre que intento cantarla o tararearla me paso sin querer a otra canción, Que bonita que es mi niña.  Deben tener el mismo tono. 

Cuando acabé mi condena, me ví muy solo y perdio

Ayer tarde yo cantaba, mientras mi niña dormía

Me gustan por igual la de Antonio Molina y la de Juanito Segarra. Elijo la primera por que el video resulta más entretenido.


Y buscando y buscando me encontré con una versión nunca esperada. Leonardo Favio (el argentino de Fuiste mía un verano) cantando de una forma muy original La hija de Juan Simón.  Es una pena los carteles que salen incordiando, pero es lo único que hay.


Tambien he encontrado varias versiones a cargo de Rosalía, pero ya la he puesto anteriormente.

Tratando la anterior canción me vino a la memoria una que aprendí a tocar cuando iba a clase de guitarra en Madrid a principios de los 60, La hija de Don Juan Alba. Es la única canción que escribió en su vida, pero le bastó para que sus versos hayan quedado en la memoria colectiva de España. La primera cantante en hacer popular este tanguillo carnavalesco gaditano fue Gracia de Triana en 1941. Su música la escribió Luis Rivas. Su letrista, sevillano también, poeta, desengañado de famas literarias y de modas de la copla, se llamaba Francisco Infantes. Hermano de un obispo, nadie sabía que aquel señor no alto de cuerpo, pero largo de sentido del humor, que vivía en la plaza del Museo, había escrito una canción histórica que le sobrevivirá.

Aunque desde un punto de vista melódico/musical esta copla suena muy alegre y festiva, y los cantantes tienden a interpretarla y bailarla con cierta guasa, gracia y salero, el contenido del poema tiene mucha enjundia, pues refleja el conflicto interno de la protagonista, con dos fuerzas (profana y religiosa) que van tirando de ella, y cada cual tiene su atractivo, y decida lo que decida no va a ser feliz del todo, ya que siempre tiene que renunciar a algo. Realmente este tema muestra la incompatibilidad entre lo sagrado y mundano.

Aunque la copla es ficticia, se intenta dar verosimilitud, dando la impresión de que se basa en un hecho real que ha ocurrido hace poco. Un mecanismo típico para dar credibilidad consiste en aportar datos que a priori no resultan importantes para entender el texto, y son más bien un relleno. Por ejemplo, aludir a la protagonista a través del nombre de su padre, (Juan Alba); o presentar el convento como si fuera conocido por el público, dando incluso la denominación de una calle con nombre común en muchos pueblos y ciudades de España (en el convento chico de la calle La Paloma).

También hay muchas versiones, ninguna cómo la de Mª Dolores Pradera. Pero tengo que poner además la de Miguel de Molina en la película Esta es mi vida de 1952, porque es algo inaudito. Por antigüedad primero esta.











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