Tras la Guerra Civil no se permitía cualquier injerencia extranjera en la música española ajena al concepto hispánico. Un fuerte ambiente nacionalista daba la sensación de bastarnos solos. Tal actitud permitía, un doble juego para llegar a un sector más amplio del pueblo. Dentro del contexto españolizador podía hablarse de "canción española", de ascendencia andaluza y "canción moderna" procedente de fórmulas hispanoamericanas. El concepto de hispanidad era excusa que permitía una canción no estrictamente española, aunque si de antepasados españoles. El bolero y la copla dominaban el panorama. Con estos dos géneros inamovibles surge la fiebre por el folklore mexicano que desemboca en una proliferación de tríos que cantan rancheras y corridos. Después llegaron las canciones italianas y, luego, todo lo demás hasta la explosión británica con The Beatles.
Cuando éramos niños, en los 50's, escuchábamos, tanto en la radio cómo a nuestros padres estas canciones que aún en la adolescencia cantábamos sin saber de cuando eran, aunque nos parecían muy antiguas, no lo eran tanto en ese momento, pero casi todos nos las sabíamos.
Agustín Lara "El flaco de oro" es considerado uno de los compositores más importantes de México, inclusive él se consideraba como el más talentoso, pero el día en que finalmente escuchó a un artista que le hizo competencia, lo aceptó como rival y lo admiró. Agustín Lara consideró a José Alfredo Jiménez como uno de los más importantes compositores de México, incluso cuando la carrera del "Hijo del Pueblo" estaba comenzando. En España, Agustín Lara era muy conocido a comienzos de la década de 1940, incluso recibió diversos honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que recibiría de manos de Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una casa en Granada, gracias a las canciones dedicadas a diversas ciudades como Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia entre otras. Lo sorprendente es que Agustín Lara no conocía España cuando compuso estas canciones.
A principios de los 50, recuerdo que escuchábamos y tarareábamos una canción de él, Rival, un vals que quizá no sea de las más conocidas, pero siempre me ha gustado. Debió ser compuesta a principios de los años 30.
Dos de los más grandes cantautores mejicanos son Jose Alfredo Jimenez y Cuco Sánchez. Compusieron tal cantidad de canciones que ni ellos mismos saben cuántas ni cuándo. Todos hemos escuchado estas canciones, aunque, a veces, sin saber su título. De hecho, yo he tenido que escribir parte de la letra de alguna para saber su nombre exacto. Por ejemplo, Tu recuerdo y yo, de J.Alfredo Jimenez.
Aquí los tenemos en un duelo de canciones.
Ella (más conocida por Me cansé de rogarle) de 1943 y Tu recuerdo y yo de José Alfredo Jiménez, de principios de los 50's.
La cama de piedra y Fallaste corazón, las dos de Cuco Sánchez, de principios de los 50's. Las dos conocidísimas rancheras mejicanas e interpretadas por multitud de cantantes antes y ahora. Cómo Rocío Dúrcal, Vicente Fernández, Antonio Aguilar y Chavela Vargas, etc.
José Alfredo Jimenez es, seguro, más conocido y más prolífico autor, pero me gusta más Cuco Sánchez. Quizá su forma de cantar, cómo retiene las palabras, suspende la voz entre las palabras. No sé. Y tras esto, voy a tomarme "la del estribo".
En una actuación de los 80, otra clásica mexicana Grítenme piedras del campo de Cuco Sánchez y Toda una vida un bolero del compositor cubano Osvaldo Farrés, dedicado a su esposa, escrita en 1943, estrenada por el cantante mexicano Pedro Vargas y popularizada en España por Antonio Machín en 1946.
Y en el mismo concierto, Guitarras, lloren guitarras y Anillo de compromiso una de sus mayores obras de arte. Siempre me emociona ver las caras del público mientras suena una canción. Aquí tenemos hasta un señor que se enjuga una lágrima.
A finales del siglo XIX, cuando Marcos A. Jiménez tuvo que abandonar su Tacámbaro, Michoacán para dirigirse a la capital, escribió para su novia: Adiós Mariquita Linda, una canción que ha sido interpretada por los más célebres cantantes a lo largo de cien años. La canción se compuso en 1923 y en 1925 fue interpretada por 20.000 niños reunidos en el Estadio de la ciudad de México.
Bastantes años despues un cantante estadounidense que no sabía nada de español se hizo famoso en España grabando varios discos en español y que en los años 50 y 60 todos canturreábamos. El cantante era Nat King Cole y lo hacía con una pronunciación que nos resultaba muy atrayente.
¿Dónde estás corazón? nació como canción con letra y música de Luis Martínez Serrano (español) y fue estrenada en 1924 en la ciudad de México, tuvo gran repercusión en México y España.
En una gira por México coincidió con Augusto Berto, bandoneonista, compositor y director de orquesta que se dedicaba al tango y adaptaron la canción al ritmo de tango, acordando en repartir por mitades los beneficios que se produjesen cuando fuera ejecutada tango. Aquí pongo la versión del mexicano Cuco Sanchez, de quien tanto me gustaban y gustan sus canciones.
Lamento borincano una antigua canción que describe las condiciones de pobreza de los campesinos en Puerto Rico en los años 30. Cuentan musicólogos que la armonía y letra resultarán difíciles de igualar en mucho tiempo. Durante años fue como el himno de Puerto Rico. Se dice “jibarito” en Puerto Rico al campesino de ascendencia española, generalmente en las regiones montañosas de la isla llamada Borinquen por sus antiguos pobladores. Daniel Santos fue un músico puertorriqueño, considerado como uno de los grandes intérpretes de géneros tropicales como el bolero, la guaracha y la guajira y se incorpora a la inmortal Sonora Matancera en 1948. Es curioso que casi siempre cantaba sentado, lo cual no es fácil.
Solamente una vez del cantautor mexicano Agustín Lara. Lo estrenó la cantante mexicana Ana María González en Argentina en 1941. Aunque tal vez parezca una melodía de amor, la realidad es que Agustín Lara la escribió para su querido amigo el actor y cantante José Mojica, quien durante el rodaje de Melodías de América le confesó al compositor veracruzano que se convertiría en franciscano al terminar la peli.
La letra de la canción hace referencia a la vocación que había elegido seguir Mojica, no a ninguna enamorada. Y en la película Jose Mojica hace el dúo con Ana Maria Gonzalez.
Toda una vida del compositor cubano Osvaldo Farrés, escrita en 1943 es un bolero dedicado a su esposa Finita y estrenada por el cantante mexicano Pedro Vargas.
Aunque no sabía leer ni escribir música, ciertamente había música en el alma de Farrés. Entre tantos temas musicales de su autoría se destacan ‘Acércate más’, ‘Tres palabras’, ‘No me vayas a engañar’, ‘Para que sufras’, ‘Quizás, quizás, quizás…’ y ‘Toda una vida’.
Aquí no podía faltar quien hizo más popular la canción en España, Antonio Machín.
Amar y vivir, compuesta en 1944 por Consuelo Velázquez, gran compositora y pianista mexicana,entre cuyas canciones destacan Bésame mucho (con 16 años), Verdad amarga y Cachito.
Antonio Machín la grabó en 1947 en Barcelona. Su estribillo lo citaba Vázquez Montalban como ejemplo del papel que jugaban las canciones en la transmisión de una filosofia de vida para encarar aquellos tiempo difíciles. Se impone la lógica del carpe diem: «Se vive solamente una vez,/ hay que aprender a querer y a vivir. / Hay que saber que la vida / se aleja y nos deja llorando quimeras.// No quiero arrepentirme después / de lo que pudo haber sido y no fue. / Quiero gozar esta vida / teniéndote cerca de mí hasta que muera».
Dos gardenias bolero escrito en 1945 por la compositora y pianista cubana Isolina Carrillo. La grabación original fue la de Daniel Santos, acompañado por la Sonora Matancera y con los arreglos de Pérez Prado. Estuvo entre las canciones más difundidas en el año 1948, era imposible caminar por las calles de La Habana sin escuchar ‘Dos gardeniasʼ.
Aquí traigo la versión de Antonio Machín, que nos trajo la mayoría de los boleros. Llegó a España en 1939 y recaló en Barcelona. esperaba un gran recibimiento, dado su éxito internacional, pero aquí no le conocía nadie, y tuvo que aceptar lo primero que se le ofrecía Para la mayoría de los especialistas, Machín fue no sólo el introductor del bolero en España, sino el del cha-cha-chá, el son, la rumba y otros ritmos caribeños, precursores de lo que los jóvenes de hoy conocen como «salsa». Nuestro país no había sido especialmente receptivo a las evoluciones musicales de los años 30. El folclore, la copla, el cuplé y la zarzuela seguían siendo el menú musical de la posguerra española. Pero Machín traía un modo romántico y apasionado de interpretar, del que adolecía una España todavía de luto. No tenía una gran voz ni un amplio registro, pero conseguía lo más difícil: transmitir una emoción que enamoraría a varias generaciones.
La copa rota es un tema compuesto por un cantante y compositor de Puerto Rico, llamado Benito de Jesús en 1948. José Feliciano se encargó posteriormente de popularizarla 20 años más tarde, y Andrés Calamaro en su Disco Pirata, de su etapa con Los Rodríguez en 1992, lo modernizó un poco. Recientemente, en 2017, Taburete y Dvicio también han hecho una gran versión homenajeando a José Feliciano.
Es un gran bolero y no se cual me gusta más de las tres versiones. La de Calamaro, al ser en directo, cuesta un poco entener toda la letra, pero a Taburete & Dvicio se les entiende perfectamente, aunque ya sea un poco menos bolero. Parece un bolero poco conocido pero tal y como responde el público a Calamaro, se nota que es sobradamente popular gracias a la versión que hizo Feliciano en el 68.