sábado, 23 de abril de 2022

Música de "Semana Santa"


Este variable mes de abril, tanto en el tiempo atmosférico, como en sucesos trágicos varios, y con la Semana Santa que ha coincidido prácticamente en los mismos días que la de 1965, me ha recordado que justo el día 13 de abril del 65, martes santo, fui de Madrid a Los Alcázares a estar unos días con mi novia. Unos compañeros murcianos del cole, hijos de uno de los responsables del estropicio de La Manga, iban en coche a Murcia de vacaciones y me apunté con ellos. Tuve la innmensa suerte y alegría de que al llegar al centro de Murcia (plaza de Santo Domingo con Trapería) vi venir de la Universidad a Mamen con unas amigas. Así que hice parar el coche (entonces aún se circulaba por Trapería), me bajé y corrí a encontrarme con ella, que no me esperaba allí.

Durante el 65 y 66 fuí en Semana Santa a Los Alcázares, para ninguna “estación de penitencia” (procesiones, las lllamábamos entonces), sino todo lo contrario, a estar con mi primera (y última) novia. Como cantaba Sinatra, It Was A Very Good Year.

Y de aquellos días, justo después de volver a Madrid, en la radio escuchaba y anotaba las canciones que me iban gustando mientras le escribía. Gracias a esas anotaciones puedo decir que del 23 al 26 de abril de 1965 escuché Es cómo un sueño de Los Brincos, I love Paris de Ella Fitzgerald (que ella, no la Fitzgerald, sino mi novia) tenía como música de un despertador/cajita de música, La última noche de Eydye Gormé y Los Panchos y Vous permettez, Monsieur? de Adamo. La mayoría de estas canciones, teniendo en cuenta la fecha, no tienen video.


Es como un sueño - Los Brincos


I love Paris - Ella Fitzgerald

La última noche - Eydie Gorme & Los Panchos

Vous permettez, Monsieur? - Adamo


Tras la Semana Santa del 66, entre lo que escuché y anoté de la radio, del 27 al 30 de abril, destacan: ¡como no! L’ écharpe de Maurice Fanon, Michelle de The Beatles, Lloraré de Nicola di Bari, Campanas de libertad de Bob Dylan y L'amour c'est comme un jour de Charles Aznavour.

Michelle - The Beatles


Lloraré - Nicola di Bari

Chimes of Freedom - Bob Dylan

L'amour c'est comme un jour - Charles Aznavour




miércoles, 20 de abril de 2022

La Tuna



Hay unas canciones que desde que éramos niños hemos escuchado, tarareado y, más tarde, cantado como podíamos sin saberlas completamente, entre otras cosas, porque las originales cambiaban la letra en cualquier momento y lugar.

No sé por qué nos gustaban, pero así era, por lo menos a los de mi generación, a la de nuestros padres, e incluso abuelos. Eran las canciones de la tan denostada Tuna. Es verdad que ya no son tan populares como antes y, de hecho, cuando se ve algún tuno por la calle nos suele sorprender y, normalmente, es en algún sitio turístico o en fiestas tipo despedida de soltero o algo por el estilo.

Fue a mi abuela a quien le oi , por primera vez, estas canciones y fue ella quien me enseñó a bailar el vals con la música de Clavelitos. Más tarde en excursiones y en las subidas, los fines de semana, a Navacerrada a esquiar, siempre a la vuelta, en el autobús, terminábamos cantando alguna de la Tuna.

Durante el curso 65-66 (no estoy muy seguro), viví en un Colegio Mayor en Madrid y allí me apunté a todo lo que salía, desde esgrima pasando por rugby hasta la Tuna. Así que alguna noche salí a rondar con el uniforme correspondiente. No recuerdo llevar ningún instrumento, si acaso, una pandereta. Pero cantar, canté. Lo que está claro es que estudiar, estudié poco.

Las canciones de la Tuna más conocidas son bastante recientes, de mediados del siglo pasado, aunque ya los escritores clásicos españoles se refieren a la Tuna, sus costumbres y canciones. Incluso, algunas de las más conocidas, no son españolas sino hispanoamericanas, de cubanos, dominicanos y otros paises.

Así voy a ponerlas en el orden que me apetece. Ésta es la portada de mi disco de canciones de la tuna de 1960.

Ronda del silbidito (pío pío) 

Ésta, muchas veces cantada con los amigos del cole por las calles de  Madrid, tras salir de tomar unas sidras,  entre Sol y la Plaza Mayor.

Asómate al balcón - Estudiantina madrileña

Noche clara (Abre el balcón) - Derecho Córdoba

La aurora - Granada

Compostelana - Derecho Málaga

La sirena está compuesta por un dominicano.

La sirena - Agraria Perú

Las cintas de mi capa - Empresariales Melilla

Y ésta por el cubano Ernesto Lecuona.

Noche perfumada - Medicina Sevilla

Los compañeros de la Uni y yo, llevábamos los libros a la calle Libreros. Lo malo era cuando lo hacíamos antes de tiempo y te enterabas que habías suspendido, y ya te habías desecho de algúno de los libros.

Fonseca - Salamanca

Y precisamente, por donde está la Virgen Blanca, entre el Clínico y Navales, pasaba todos los días de casa a la Escuela, tambien  iba con mi novia, luego con mi hija y hasta con mis  perros.

Se va, se va, se va - Aparejadores Madrid












miércoles, 13 de abril de 2022

Algo distinto


Las Bachianas brasileiras son un grupo de obras creadas por el compositor brasileño Heitor Villa-Lobos entre los años 1930 y 1945. Aunque llamadas igual, estas nueve piezas no están pensadas para ser interpretadas de forma continua, aunque guardan una relación singular. Villa-Lobos les otorgó este nombre debido a que en todas quiso fusionar el folclore brasileño con el estilo y la forma de componer de Johann Sebastian Bach, a quien admiraba. Por lo tanto, no cumplen una plantilla instrumental fija, cada una tiene una formación distinta, agrupaciones camerísticas, orquestales, etc. Sus movimientos utilizan la terminología musical barroca junto con un término brasileño. Aunque las trató por separado, siempre las llamó en plural para designarlas.

La Bachiana n.º 5 (concierto para soprano y 8 cellos) y, sobre todo, su Aria(Cantinela) es la más célebre y la que dio fama al ciclo completo. Es la única que incluye una parte vocal, concretamente para soprano, y vuelve a aparecer la orquesta de violonchelos. Según Villa-Lobos, el número de integrantes de dicha orquesta debe ser un mínimo de ocho o, en caso de ampliarse, la cifra siempre debe ser múltiplo de ocho. La maravillosa aria inicial, que se inicia con un adagio en 5/4, sobre los pizzicatti de los violonchelos, ha sido inmortalizada por sopranos como Victoria de los Ángeles (que la grabó en un registro de referencia en 1956 a las órdenes del autor), Kiri Te Kanawa, Barbara Hendricks y otras muchas.

A mí no se como me llegó pero enseguida me entusiasmó y me compré un LP  de la Orquesta Nacional de la URSS, nada fácil de conseguir, era francés, y creo recordar, porque la distribución era de Harmonia Mundi, que fue en la calle Fontanella en 1987 para mi cumpleaños.

Aquí tenemos la Cantinela con los cellos de la Orquestra Filarmônica de Berlin, dirigida por Gustavo Dudamel con la soprano Ana Maria Martínez en 2008.



Frederic Mompou (1893-1987) compositor español, nacido en Barcelona era un miniaturista en sus obras, casi siempre breves y de una música relativamente improvisada. Su obra se ha descrito como «delicada» e «íntima». Según sus propias palabras, era «un hombre de pocas palabras y un músico de pocas notas». Las veintiocho piezas de la Música Callada, resumen la estética de Mompou. Casi todos ellas tienen un ritmo lento (y a veces muy lento), y todas son bastante cortas, la mayoría de ellas tienen una duración de menos de tres minutos. El título está tomado del “Cántico espiritual” de San Juan de la Cruz, concretamente de estos versos: “la música callada / la soledad sonora”, «una música que sea la voz del silencio», sin huecos ni adornos. Consideraba que lo más importante era el silencio que se producía entre una nota y la siguiente. Esta música está presidida por la intimidad, la concisión, la sobriedad de medios. Es música para escuchar sin prisas. Me recuerda mucho a Arvo Pärt .

En 1951 compuso el primero de los cuadernos de Música callada. Su tercera pieza, Placide nos recuerda a la Sinfonía Azul. Y seguro que la conocen muchísimos y que la han escuchado más de lo que creen. Tampoco recuerdo como me llegó, supongo que la escuché en la radio, me gustó, me sonaba de algo y me la compré como regalo de Navidad en 1979 y me sonaba porque esta ‘Sinfonía Azul’ pasó a convertirse desde 1940 en la sintonía de la Cadena SER para los momentos más importantes de la misma. Y yo, esporádicamente, colaboraba con Radio Barcelona, la primera de las radios de España y de la SER. Mompou compuso la que sería la tarjeta de presentación y la marca de esta casa.


Música callada - Placide