jueves, 23 de julio de 2020

We’ll meet again

Hace unos días ha fallecido Vera Lynn a los 103 años. Su carrera se desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue apodada The Forces' Sweetheart (La novia de las fuerzas armadas). Entre sus numerosas canciones destacan "We'll Meet Again" y "The White Cliffs of Dover". Era considerada una de las principales artistas activas durante la Segunda Guerra Mundial. En 1952 se convirtió en la primera británica en encabezar las listas de ventas estadounidenses, y hace poco en la persona de mayor edad que integra la lista británica de los 20 discos más vendidos, a los 97 años.
En 1940 comenzó su propio programa de radio, "Sincerely Yours". Enviaba mensajes a las tropas británicas destinadas al extranjero. En este show ella y un cuarteto interpretaban las canciones más solicitadas por los soldados en el extranjero. Visitaba también hospitales, donde entrevistaba a nuevas madres y enviaba mensajes a sus maridos en territorio enemigo. Realizó giras por Egipto, India y Birmania, donde dio conciertos para los soldados.
We’ll meet again fue compuesta al comenzar la Segunda Guerra Mundial en 1939 con el propósito de brindar optimismo a los soldados que marchaban a la guerra dejando a sus seres queridos en casa.
Fue escuchada y cantada por los soldados en varios frentes europeos y en Gran Bretaña se convirtió en la canción más popular de la época. Aún hasta el día de hoy es recordada y cantada, particularmente cuando se conmemora el fin de la guerra.
En todas las versiones es fundamental el coro final que hace sentir el compartir entre todos el sentimiento de tristeza por la despedida y esperanza por el reencuentro.
Usé esta canción para despedirme de los compañeros de trabajo cuando me jubilé, porque me pareció oportuna y porque me gusta mucho.

Aquí tenemos a Vera Lynn en una escena de la película del mismo título de 1943.



En la escena final de la película de Kubrik de 1964, "Dr. Strangelove" o "¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú", con Peter Sellers haciendo de Presidente de Estados Unidos y de doctor nazi, junto con George C. Scott como general loco, durante la explosión nuclear final suena esta canción.



Roger Waters, en la canción Vera hace referencia de forma indirecta a la Segunda Guerra Mundial. De hecho, su propia historia personal se vio directamente afectada por la guerra, ya que su padre murió en la Batalla de Anzio en 1944. Y esa es realmente la historia del video musical de "Vera", como se muestra en la muy famosa película musical "Pink Floyd - The Wall" (1982).
En la letra, Roger Waters cuestiona el paradero de Vera Lynn, aunque estaba viva en el momento en que se lanzó esta canción. 
En tan solo un minuto y treinta segundos, Waters y compañía nos regalan una joya musical acompañados por la Orquesta de Nueva York.
Una canción notable, de una simpleza hermosa y con detalles magistrales donde dejan muy en claro su talento.



Esta es la última canción del último álbum que grabó Johnny Cash en 2002 , ‘American IV: The Man Comes Around´. Es como una despedida de Cash.


Últimamente, con la moda de hacer canciones desde casa por la pandemia , se escucha y ve bastantes mediocridades en la tele. Pero dándole vueltas a We'll meet again he encontrado esta de un componente del grupo español que más me gusta y perdura de la "movida madrileña", Los Secretos.
Ramon Arroyo, guitarrista del grupo, se ha lanzado con ella y hace una versión muy decente.




domingo, 12 de julio de 2020

Algo clásico y fácil

Desde 1976 había un programa de Radio Nacional de España que solía escuchar no sólo por la música, sino por los comentarios de los presentadores entre los que destacó Fernando Argenta. El programa se titulaba “Clásicos populares” y era una gozada seguirlo. Cuando se cumplieron 30 años de su inicio editaron una colección de CDs con una selección de aquellos temas.
Algunos se me quedaron grabados sin recordar el título, pero los tarareaba con mucha frecuencia, hasta que quise saber más sobre la obra y el compositor. Tuve la suerte de intuir que estaba en la colección de Clásicos populares y tras una escucha, di con él.
Además tenía un título muy sugerente y nada frecuente. Era Canciones que me enseñó mi madre de Antonin Dvořák de 1880, escrita originalmente para voz y piano, dentro  de un conjunto de Canciones gitanas. He preferido poner porque me gusta más, la transcripción para piano y violin. En éste caso del Ensemble ViolUNTi. La traducción de la letra dice, más o menos, así:

Canciones que mi madre me enseñó en días que se desvanecieron largo tiempo atrás.
Pocas veces las lágrimas fueron desterradas de sus párpados.
Ahora enseño a mis hijos cada compás melodioso.
A menudo fluyen las lágrimas. A menudo se desprenden del tesoro de mi memoria.



La versión para piano y cello me gusta especialmente, sobre todo la de Yo Yo Ma, pero no la he conseguido. A cambio, esta otra viene muy bien en éste  momento de "nueva normalidad" (¡vaya una expresión!). Es notable comprobar que los dos músicos no están juntos y van viendo por algún monitor por donde va el otro.




Las Variaciones sobre un tema original (Enigma) es una serie de catorce variaciones musicales compuestas por Elgar en 1899. Nimrod es la número IX y la más popular. Cada una está marcada con las iniciales o un apodo de las personas a las que se dedica, retratadas tanto por la impresión general de la pieza como por alusiones a una anécdota o detalle específico. En principio eran trece pero Elgar añadió una más referida a él mismo. El sobrenombre de Enigma con el que se las conoce se debe a que Elgar, aficionado a las adivinanzas, añadió la palabra enigma a las partituras. El verdadero “Enigma” es un tema oculto que “atraviesa la obra” y que ha dado lugar a múltiples teorías, aunque el juguetón compositor sólo dijo que ese tema “no se tocaba” con lo que ni se sabe con certeza que fuera una melodía. Desde entonces se anda buscando cual es ese tema central de las variaciones, una melodía al parecer muy conocida, que no se oye. Con el tiempo se han ido sucediendo diversas teorías; unos dicen que es el propio God Save the King; otros el Rule Britannia, y otros más atrevidos, incluso, una bella serenata de Così fan tutte de Mozart. En el programa para el estreno de la obra en 1899, el compositor dio otra pista, El tema principal nunca aparece… el protagonista nunca sale al escenario.
La primera vez que me llegó conscientemente fue en un bis de la Orquesta de Barcelona y nos dejó al público estupefactos. Algo así como ocurre en la interpretación de la Orquesta Sinfónica Simon Bolivar dirigida por Gustavo Dudamel. Un silencio difícil de mantener ya que la gente está deseando aplaudir pero aún no ha reaccionado. Casi siempre alguien aplaude antes de tiempo o se oye alguna tos. Aquí, al final, silencio absoluto.



En el Reino Unido se utiliza como marcha fúnebre y en solemnidades como el  Remembrance Sunday que celebra el domingo más próximo al 11 de Noviembre, día del armisticio que puso fin a la primera guerra mundial. Y si es sobrecogedora interpretada por una orquesta sinfónica, con una banda militar a la altura de las circunstancias también resulta verdaderamente impresionante.









sábado, 4 de julio de 2020

Más música y algo de cine

Seguro que hay que mejores versiones de esta aria Lascia ch’io pianga de la ópera Rinaldo de Häendel, pero que sea interpretada con más cozarón y sentimiento, es difícil y, aquí, las meninas se toman muy en serio el título de la famosa pieza. Ya, en el inicio del video, se ve a una de las Meninas Cantoras de Petrópolis, llorando. Dudas si será la expresión de su rostro en ese momento, pero cuando va avanzando el aria se ve que cada vez hay más chicas llorando y terminando la grabación, la mayoría de ellas está llorando, a punto de hacerlo o recién lloradas.
Lo que hace la música cuando la sientes en el fondo es difícilmente explicable con palabras.



La Danza de la pipa de la paz de la ópera ballet Las indias galantes, es de Jean-Philippe Rameau  y compuesta en 1735, narra historias de amor «galante» en lugares remotos y exóticos, comprendidos bajo el nombre genérico de «Las Indias». excusa para producir un «grand spectacle» en el que los decorados, los vestidos suntuosos, los efectos especiales producidos por las maquinarias teatrales y sobre todo la danza tenían un papel esencial. Las Indias galantes simboliza la época despreocupada, refinada, dedicada a los placeres y a la galantería de Luis XV y de su corte.
En un lugar de América de colonias francesas y españolas, los guerreros americanos vencidos, conducidos por Adario, se preparan para celebrar la paz con los conquistadores europeos. Dos oficiales, el francés Damón y el español Don Alvar, se disputan la mano de la nativa Zima, que no gusta ni del uno ni del otro, sino que escoge la mano de Adario. Después que los conquistadores se calman recíprocamente la rabia de cada cual ante el desaire, se celebra la esperada fiesta de las paces.
Aquí en una danza moderna de la Opéra National de Paris, en 2019.



Una canción popular que se venía cantando por rondas, tunas, coros y charangas por las calles de la península ibérica desde finales del siglo XIX, era Yo te daré, y en 1930-31 la vieja tonada popular en forma de vals había cobrado nuevos bríos al ser interpretada y grabada por la canzonetista de varietés Paquita Robles conocida por “La Pitusilla” por su escasa estatura, en una versión orquestada por el maestro R.Aramburu (nacido 1898).
Los falangistas, en la década de los treinta, eran muy aficionados a esa canción-vals . Aparentemente, la letra tenía un sentido sexual, pero se convirtió de inmediato en símbolo secreto y contraseña de la Falange. Decía la canción “te daré niña hermosa, te daré una cosa que yo sólo sé: Café”, la niña era la República y el CAFÉ un acrónimo que significaba “Camaradas, Arriba Falange Española”.
 

En 1938, cuando Dimitri Shostakovich compuso su obra El Segundo Vals, ya habían llegado a Moscú los llamados "niños de la guerra", niños españoles procedentes de muchísimos rincones que por su temprana edad merecían librarse de los bombardeos que por aquella época se llevaban a cabo; y llegaban cantando la muy popular "Yo te daré". Poco tiempo después de que esos niños españoles cantaran lo mucho o poco que sabían o se acordaban del "Yo te daré" y como se trata de un fragmento pegadizo, es posible que Dimitri Shostakovich se quedara con la copla. Vals recordado en la peli de Kubrik, Eyes wide shut. 
Aquí se ha hecho una composición con distintas pelis (El Gatopardo, Guerra y Paz, Ana Karenina y otras) donde bailan actores y actrices muy conocidos y muy guapos todos ellos, con sus trajes de fiesta y uniformes, y éste vals que encaja perfectamente. La verdad es que el montaje está muy bien hecho.


Pero es que, además, escuchando los primeros compases del tercer movimiento de la Sinfonía No 5 “Reforma”, de Mendelssohn, datada en 1830 se puede apreciar que la melodía es la misma aunque algo más lenta. Había oido Aramburu esta obra de Mendelssohn?. Chi lo sa?.


El ballet La danza de las horas de la ópera La Gioconda de Ponchielli se estrenó en 1876 y presenta un argumento definido, autónomo y completo que lo hace susceptible de ser interpretado incluso fuera del contexto de la obra para la que fue concebido: el libretista Boito imaginó doce bailarinas dibujando un círculo que representaba las doce horas de un reloj esférico y dos bailarines situados en el centro del mismo ejerciendo de las manecillas que señalan las horas. 
En la película Fantasia de Walt Disney se encargó de hacer todavía más célebre, aun cuando – o precisamente a raíz de ello – se trató de una parodia que tiene como danzantes a hipopótamos, avestruces, lagartos y elefantes con tutú.
La primera vez que oí esto fue en casa de un amigo que había comprado una colección, creo que de Reader's Digest de las mejores obras clásicas, hará más de 60 años en un pueblo de Murcia.
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Una gran saga, El Padrino, con una gran música de la que destaco el final de la última de 1990, con la muerte de la hija del Padrino III y la de él mismo con el fondo del Intermezzo de Cavallería Rusticana de Pietro Mascagni, compuesta en 1890, que siempre me pone los pelos de punta y más con esta escena, desde que en 1962 me regaló el LP, "Música clásica para quienes no les gusta la música clásica",  un amigo del cole.


De Mahler no comento nada. Es uno de mis cuatro compositores clásicos favoritos y fué con Muerte en Venecia de Visconti en 1971 cuando descubrí el famoso adagietto 5ªsinfonia compuesto en 1902. Me resulta curioso, al ver y escuchar seguidas las escenas finales de El Padrino III y de Muerte en Venecia, que tienen bastante similitudes.



Música salvaje, directa y contundente, que nos puede entusiasmar porque habla sobre beber como si fuera el último día y libertinajes de todo tipo, pero que al mismo tiempo, contiene reflexiones angustiadas sobre nuestra mortalidad. Inspirado en una compilación de poemas medievales del siglo XIII, el Carmina Burana compuesto por Carl Orff en 1935, es sin duda, una de las partituras inmortales del siglo XX que todavía hoy apela a nuestras emociones con cantantes al límite, una orquesta a todo trapo sobre ritmos enloquecidos y percusiones desenfrenadas. Lo que decíamos: música que no se olvida. Y la cabalgada de los caballeros con sus relucientes armaduras, en la película Excalibur, al ritmo de O Fortuna queda marcada para siempre.


En la peli de Kubrik, Eyes wide shut, tambien se oian piezas de Jocelyn Pook  y de esta compositora es la pieza Libera me, que descubri hace poco y que salía en la peli de Julio Medem del 2000, Habitación en  Roma