domingo, 12 de julio de 2020

Algo clásico y fácil

Desde 1976 había un programa de Radio Nacional de España que solía escuchar no sólo por la música, sino por los comentarios de los presentadores entre los que destacó Fernando Argenta. El programa se titulaba “Clásicos populares” y era una gozada seguirlo. Cuando se cumplieron 30 años de su inicio editaron una colección de CDs con una selección de aquellos temas.
Algunos se me quedaron grabados sin recordar el título, pero los tarareaba con mucha frecuencia, hasta que quise saber más sobre la obra y el compositor. Tuve la suerte de intuir que estaba en la colección de Clásicos populares y tras una escucha, di con él.
Además tenía un título muy sugerente y nada frecuente. Era Canciones que me enseñó mi madre de Antonin Dvořák de 1880, escrita originalmente para voz y piano, dentro  de un conjunto de Canciones gitanas. He preferido poner porque me gusta más, la transcripción para piano y violin. En éste caso del Ensemble ViolUNTi. La traducción de la letra dice, más o menos, así:

Canciones que mi madre me enseñó en días que se desvanecieron largo tiempo atrás.
Pocas veces las lágrimas fueron desterradas de sus párpados.
Ahora enseño a mis hijos cada compás melodioso.
A menudo fluyen las lágrimas. A menudo se desprenden del tesoro de mi memoria.



La versión para piano y cello me gusta especialmente, sobre todo la de Yo Yo Ma, pero no la he conseguido. A cambio, esta otra viene muy bien en éste  momento de "nueva normalidad" (¡vaya una expresión!). Es notable comprobar que los dos músicos no están juntos y van viendo por algún monitor por donde va el otro.




Las Variaciones sobre un tema original (Enigma) es una serie de catorce variaciones musicales compuestas por Elgar en 1899. Nimrod es la número IX y la más popular. Cada una está marcada con las iniciales o un apodo de las personas a las que se dedica, retratadas tanto por la impresión general de la pieza como por alusiones a una anécdota o detalle específico. En principio eran trece pero Elgar añadió una más referida a él mismo. El sobrenombre de Enigma con el que se las conoce se debe a que Elgar, aficionado a las adivinanzas, añadió la palabra enigma a las partituras. El verdadero “Enigma” es un tema oculto que “atraviesa la obra” y que ha dado lugar a múltiples teorías, aunque el juguetón compositor sólo dijo que ese tema “no se tocaba” con lo que ni se sabe con certeza que fuera una melodía. Desde entonces se anda buscando cual es ese tema central de las variaciones, una melodía al parecer muy conocida, que no se oye. Con el tiempo se han ido sucediendo diversas teorías; unos dicen que es el propio God Save the King; otros el Rule Britannia, y otros más atrevidos, incluso, una bella serenata de Così fan tutte de Mozart. En el programa para el estreno de la obra en 1899, el compositor dio otra pista, El tema principal nunca aparece… el protagonista nunca sale al escenario.
La primera vez que me llegó conscientemente fue en un bis de la Orquesta de Barcelona y nos dejó al público estupefactos. Algo así como ocurre en la interpretación de la Orquesta Sinfónica Simon Bolivar dirigida por Gustavo Dudamel. Un silencio difícil de mantener ya que la gente está deseando aplaudir pero aún no ha reaccionado. Casi siempre alguien aplaude antes de tiempo o se oye alguna tos. Aquí, al final, silencio absoluto.



En el Reino Unido se utiliza como marcha fúnebre y en solemnidades como el  Remembrance Sunday que celebra el domingo más próximo al 11 de Noviembre, día del armisticio que puso fin a la primera guerra mundial. Y si es sobrecogedora interpretada por una orquesta sinfónica, con una banda militar a la altura de las circunstancias también resulta verdaderamente impresionante.









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