miércoles, 27 de noviembre de 2024

Mexicanas


Tras la Guerra Civil no se permitía cualquier injerencia extranjera en la música española ajena al concepto hispánico. Un fuerte ambiente nacionalista daba la sensación de bastarnos solos. Tal actitud permitía, un doble juego para llegar a un sector más amplio del pueblo. Dentro del contexto españolizador podía hablarse de "canción española", de ascendencia andaluza y "canción moderna" procedente de fórmulas hispanoamericanas. El concepto de hispanidad era excusa que permitía una canción no estrictamente española, aunque si de antepasados españoles. El bolero y la copla dominaban el panorama.
Con estos dos géneros inamovibles surge la fiebre por el folklore mexicano que desemboca en una proliferación de tríos que cantan rancheras y corridos.  Después llegaron las canciones italianas y, luego, todo lo demás hasta la explosión británica con The Beatles.

Cuando éramos niños, en los 50's, escuchábamos, tanto en la radio cómo a nuestros padres estas canciones que aún en la adolescencia cantábamos sin saber de cuando eran, aunque nos parecían muy antiguas, no lo eran tanto en ese momento, pero casi todos nos las sabíamos.

Agustín Lara "El flaco de oro" es considerado uno de los compositores más importantes de México, inclusive él se consideraba como el más talentoso, pero el día en que finalmente escuchó a un artista que le hizo competencia, lo aceptó como rival y lo admiró. Agustín Lara consideró a José Alfredo Jiménez como uno de los más importantes compositores de México, incluso cuando la carrera del "Hijo del Pueblo" estaba comenzando. En España, Agustín Lara era muy conocido a comienzos de la década de 1940, incluso recibió diversos honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que recibiría de manos de Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una casa en Granada, gracias a las canciones dedicadas a diversas ciudades como Toledo, Granada, Sevilla, Valencia, Madrid, Murcia entre otras. Lo sorprendente es que Agustín Lara no conocía España cuando compuso estas canciones.

A principios de los 50, recuerdo que escuchábamos y tarareábamos una canción de él, Rival, un vals que quizá no sea de las más conocidas, pero siempre me ha gustado. Debió ser compuesta a principios de los años 30.



Dos de los más grandes cantautores mejicanos son Jose Alfredo Jimenez y Cuco Sánchez. Compusieron tal cantidad de canciones que ni ellos mismos saben cuántas ni cuándo. Todos hemos escuchado estas canciones, aunque, a veces, sin saber su título. De hecho, yo he tenido que escribir parte de la letra de alguna para saber su nombre exacto. Por ejemplo, Tu recuerdo y yo, de J.Alfredo Jimenez.
Aquí los tenemos en un duelo de canciones.

Ella (más conocida por Me cansé de rogarle) de 1943 y Tu recuerdo y yo de José Alfredo Jiménez, de principios de los 50's.

La cama de piedra y Fallaste corazón, las dos de Cuco Sánchez, de principios de los 50's. Las dos conocidísimas rancheras mejicanas e interpretadas por multitud de cantantes antes y ahora. Cómo Rocío Dúrcal, Vicente Fernández, Antonio Aguilar y Chavela Vargas, etc.

José Alfredo Jimenez es, seguro, más conocido y más prolífico autor, pero me gusta más Cuco Sánchez. Quizá su forma de cantar, cómo retiene las palabras, suspende la voz entre las palabras. No sé. Y tras esto, voy a tomarme "la del estribo". 


En una actuación de los 80, otra clásica mexicana Grítenme piedras del campo de Cuco Sánchez y Toda una vida un bolero del compositor cubano Osvaldo Farrés, dedicado a su esposa, escrita en 1943, estrenada por el cantante mexicano Pedro Vargas y popularizada en España por Antonio Machín en 1946. 



Y en el mismo concierto, Guitarras, lloren guitarras y Anillo de compromiso una de sus mayores obras de arte. Siempre me emociona ver las caras del público mientras suena una canción. Aquí tenemos hasta un señor que se enjuga una lágrima.





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