jueves, 11 de junio de 2020

Canta y no llores

Con este título es fácil dejarse llevar y creer que voy con "Cielito lindo.. canta y no llores", canción mexicana de sobra conocida. Pero no, voy con otra que no tengo claro si se titula Todas las mañanitas (el inicio) o Canta y no llores (el coro).  Es una  habanera de la ópera cómica Don Gil de Alcalá con música y libreto del valenciano Manuel Penella.  Se considera que está a medio camino entre la ópera y la zarzuela; el autor la consideraba una ópera de cámara. Se estrenó el 27 de octubre de 1932 en el Teatro Novedades de Barcelona.
Su acción transcurre en un virreinato español en el siglo XVIII. Niña Estrella es una huérfana protegida por el gobernador. Vive en un convento a la espera de casarse con don Diego, rico hacendado del país y propuesto por su protector. Pero ella ama a don Gil de Alcalá, capitán español que le corresponde. El gobernador amenaza a Niña Estrella diciéndola que tiene que casarse con don Diego, y ordena a don Gil que vaya a la frontera a luchar contra una sublevación india muy peligrosa, lo que supone una muerte casi segura. Al final don Diego confiesa haber tenido de joven, un amor en España, del que nació un hijo y del cual desconoce su destino; resultando ser Don Gil el hijo de ese amor. Un típico folletín.
Pero esta habanera, como tantas otras, es la típica música que la oyes y te suena e incluso la tarareas sin saber de donde viene pero que de alguna manera la reconoces. De niños en casa, ya sea en discos o en la radio, sonaban las zarzuelas con profusión. Encima, la habanera es un ritmo fácil de seguir y predecible ( por supuesto, siempre que se tenga una edad), por lo que no resulta difícil que guste a muchos y a mí mucho, también.  Además  termina esperanzadamente.

Canta y no llores,
corazón, no llores, ¡ay!,
volverá la aurora
y tu noche triste
se llevará.






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