domingo, 31 de enero de 2021

Los Secretos


No es un grupo muy de ahora, aunque ahora sigue triunfando. Se puede decir que inauguraron la “movida madrileña” aunque no se consideren de la misma, y mientras la mayoría de los de la movida desaparecieron, ellos siguen. 
Son bastante conocidos (por lo menos por sus seguidores) los inicios de Los Secretos, como Tos en 1978 con los hermanos Urquijo y el batería Canito, la muerte de éste, el concierto inaugural de la “movida” en Caminos en su honor en 1980 y luego la muerte de su suplente en el grupo. 
Estaban muy influenciados por el country, siendo una de las canciones preferidas de Enrique una clásica, Hickory Wind de Gram Parsons que, últimamente, ha grabado el grupo en su CD de versiones Algo Prestado de 2015 con el título Cuando todo iba bien.
Hickory wind de 1968 fue grabada por primera vez en el álbum de The Byrds Sweetheart of the Rodeo en el que la voz solista era Gram Parsons. Aquí pongo una versión de Gillian Welch & David Rawlings que es impresionante.

Hickory wind


    Cuando todo iba bien

Alguna de las canciones de éste disco las conocemos desde niños porque sonaban en casa en la radio o en el pick up. Eran canciones, que tenían y canturreaban nuestros padres, de M.ª Dolores Pradera, Jorge Negrete… Y tanto a muchos de nosotros como a los hermanos Urquijo (Los Secretos) les embaucaron. Enrique llegó a formar un grupo, Los Problemas, con los que dio rienda suelta a esta inspiración. Una canción que se hizo más conocida por Ry Cooder, en la película Paris, Texas de Wim Wenders en 1984 y que obtuvo la Palma de Oro en Cannes, es Canción Mixteca. Pero es una canción mexicana de hace 121 años. Aquí Álvaro Urquijo y Ramon Arroyo hacen un avance del disco. Arroyo es un extraordinario guitarrista.



Debo confesar que no me gusta prácticamente nada de la “movida madrileña”, me parece una tomadura de pelo, malas canciones, mala música, mal gusto….Pero aunque algunos incluyan a Los Secretos en esa música, no lo son. Son de siempre. Llevan más de 40 años en el “candelero” aunque, para mi gusto, no es lo mismo sin Enrique. 

En su momento me llamaron la atención algunas de sus primeras canciones hasta que, de nuevo, mi hija me insistió en que los escuchara más detenidamente. Yo siempre le decía que aquello no era más que country y que para eso ya estaba el original. Pero no, tenía razón, por supuesto era country, pero te llegaba más cerca ya que estaba en tu lengua y Enrique Urquijo tenía una sensibilidad cantando que atrapaba. 
Y encima , Enrique se montó otro grupo, Los Problemas, con sus gustos más personales, rancheras, versiones y temas propios. canciones de otro estilo pero no muy alejado del country y que aún le acercaban más a un sensible público. Con ellos grabó 2 álbumes antes de su muerte en 1999.

Cuando mi hija se leyó el libro Adiós tristeza sobre la vida de Enrique Urquijo, me lo pasó  y comprobé que yo vivía en Madrid junto a la casa de sus padres y que él pasaba por delante de casa para ir al colegio donde también iba mi hermano. Y que vivió con su última pareja en la misma calle Guzmán el Bueno donde vivía yo.

Quiero beber hasta perder el control. Ningún otro grupo o artista del pop español ha sabido asumir y mezclar dentro de sus influencias, músicas tan dispares aparentemente y genuinas como puedan ser el country y la canción mexicana, con la magia y la personalidad que lo han hecho Los Secretos. Enrique, declarado fanático de estos dos universos musicales, se empeñó en que ambos mundos confluyesen en Quiero beber hasta perder el control, otro de los éxitos más memorables e inevitables de la carrera de Los Secretos. La canción, que en lo literario tomaba mucho más de los excesos etílicos de ciertas rancheras mexicanas que de la más virtuosa vida campestre del country norteamericano, se convirtió en otro de sus grandes éxitos, allá por 1986.


La mirada de Enrique, en esta grabación, no puede ser más triste.

                                                              No digas que no

Ojos de gata. Otra de las más deliciosas canciones del repertorio de Los Secretos saldría de un texto inconcluso que Joaquín Sabina deslizó alguna noche de copas en el bolsillo de Enrique y al que algunos meses después Enrique le añadiría una inspiradísima melodía.  Curiosamente, por esa misma época, Sabina olvidando que había entregado esta letra a Enrique, por su parte, le pondría otra melodía de tono mexicano, desarrollando eso sí, las últimas estrofas de la letra con otro desenlace y añadiéndole un nuevo estribillo dando lugar a Y nos dieron las diez. Ambas canciones, la cantada por Enrique y la popularizada por Sabina, convivirían en las listas de éxitos de 1992 en perfecta armonía sin reproches ni culpabilidades entre los cantantes. 


Ya me olvidé de ti. Canción original mexicana cumple con todo lo imprescindible que ha de llevar una ranchera frases como "ya no te quiero", "ayer que te encontré vencida y triste" o "hoy te juro por Dios que nada siento" y la definitiva "y de esto estuve yo enamorado".


Agárrate a mí, María es una adaptación de un tema escrito por Warren Zevon llamado Carmelita, cuya versión por Linda Ronstadt llegó a ser muy popular a finales de los años 70. Al ritmo de ranchera también se agarrará Enrique Urquijo para contar esta historia amargamente impudorosa y en la que Enrique le habla a su hija de algunos de los líos y problemas que está provocando su terrible adicción a las drogas.



Amor se escribe con llanto. Probablemente, fue a través de Mª Dolores Pradera como Enrique (que en su etapa final de Los Problemas se acercó a este sonido casi como principal leit-motiv de su carrera) conoció y convirtió desde el primer momento en uno de sus favoritos. El pasillo colombiano titulado "Amor se escribe con llanto", y del que es autor Álvaro Dalmar.

En 1998, Enrique decía: "Me gusta abstraer un poco los temas y hacerlos a mi modo. La máxima representante aquí es María Dolores Pradera y en Méjico lo ha sido hasta ahora Chavela Vargas. Yo, humildemente, pretendo recoger la antorcha de esta gente y seguir haciendo que esas canciones se escuchen." Toda una declaración de amor por un sonido y una sensibilidad que es la que recogen las composiciones de Chabuca Granda, José Alfredo Jiménez o el mismo Álvaro Dalmar, y que era la principal razón por la que Enrique acabó tan apegado a este tipo de música.


Aunque tú no lo sepas  Letra y música del cantautor madrileño Quique González, declarado fan de Los Secretos que de esta forma firmaba un tema que acabaría convirtiéndose en todo un clásico del pop español en la voz de Enrique Urquijo. Enrique la grabaría por primera vez para el disco Desde que no nos vemos, editado en 1998, con su formación paralela a Los Secretos, Enrique Urquijo y Los Problemas, aunque en la canción también participó su hermano Álvaro tocando guitarras junto al piano de Begoña Larrañaga, los violines de Eduardo Ortega y el chelo de Amaia Sánchez Ruano. Una canción impregnada de belleza y melancolía por la que no parece correr el tiempo.




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